Los accidentes de arco eléctrico son el riesgo más común y menos visible, pero fatal, para la vida de los usuarios y operarios de equipo eléctrico. De acuerdo con información estadística, este fenómeno representa la tercera causa de muerte en la industria eléctrica al provocar 25 por ciento de las fatalidades.
Aproximadamente, ocurren 30 mil accidentes no fatales por choque eléctrico cada año. Según el National Safety Council (NSC, por sus siglas en inglés) de EUA, se estima que ocurren cerca de 1 mil fatalidades cada año por electrocución y cada año más de 2 mil personas entran a hospitales con quemaduras graves ocasionadas por arco eléctrico. Dichas cifras implican que una de cada tres muertes es provocada por estos accidentes.
Entre los daños, las quemaduras más severas pueden ser causadas por la misma ropa y no por la exposición al arco o fuego repentino; por lo cual, los esquemas de seguridad recomiendan utilizar tecnologías avanzadas, como prendas que protejan la vida de las personas ante cualquiera de estos accidentes.
El arco eléctrico se define como el paso sustancial de energía a través del aire ionizado, el cual tiene una duración aproximada de menos de un segundo; sin embargo, debido a sus características y a la magnitud de la descarga, sus consecuencias son fatales, al igual que las del fuego repentino, pues pueden llegar a incendiar o derretir cualquier tipo de prenda convencional.
En la actualidad, se reportan entre cinco y 20 accidentes diarios debidos a este fenómeno. Las causas más comunes del arco eléctrico residen en polvo o impurezas, acercamiento eléctrico, caída de herramientas, sobrevoltajes, falla de los materiales aislantes, falla en el mantenimiento del equipo o exposición a partes energizadas, entre otros.