MANEJO A LA DEFENSIVA
Hay actividades que se realizan prácticamente dentro de todos los centros de trabajo por algunos de los miembros de la organización y una de ellas es manejar un vehículo. Ya sea uno dentro del área del propio centro o fuera, o claro está, todos aquellos que al trasladarse de su domicilio al centro de trabajo y viceversa lo hace ejecutando esta acción. Es algo tan cotidiano que, como pasa normalmente, damos por sentado que no pasa nada y dejamos de interesarnos por los riesgos por dicha acción.
En la mayoría de las empresas este término se ha acuñado como el apoyo físico y mental extra que como colaborador podemos -y según ellos- debemos dar. He conocido casos que el apoyo incluso es económico o moral, pero implica la disponibilidad de nuestra persona para continuar ejerciendo nuestras funciones (y más) sobrepasando muchas veces nuestras capacidades y por ende poniendo en riesgo nuestro bienestar.
Imagina que vas a arreglar tu auto por ese extraño ruido que has notado últimamente, no sabes mucho de mecánica pero recurriste a ver un tutorial de youtube (la vieja confiable), crees saber en que parte es, así que preparaste el área, levantaste tu auto con un pequeño “gato” y tabiques y una vez debajo te das cuenta que el tutorial no fue suficiente, que hubiera sido mejor colocar una tabla o por lo menos un cartón para que tu cuerpo no estuviera tocando el suelo, que es muy inestable ese levantamiento y tu posición en él y aún te duele el golpe que te diste en la mano tratando de colocar el gato.